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En tiempos prehispánicos, los aztecas fomentaban el miedo entre sus enemigos al crear grandes empaladas con cráneos humanos que llamaron tzompantlies.

Preocupado por la situación tan crítica de la marsopa vaquita, en 2018 busqué que el Museo Nacional de San Carlos en la ciudad de México alojara una escultura realizada anteriormente y permitiera una ceremonia con un público invitado, con el título “Es la naturaleza nuestro enemigo”, se presentó un tzompantli con 30 cráneos de vaquita de yeso, para cuestionar la dramática pérdida de este pequeño e indefenso mamífero.

Tzompantli.jpg
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